jueves, 10 de septiembre de 2009

"La lectura no entusiasma a los chicos de hoy. ¿Acaso lo hacía en el pasado?"

ANNE-MARIE CHARTIER DOCTORA EN CIENCIAS DE LA EDUCACION
"La lectura no entusiasma a los chicos de hoy. ¿Acaso lo hacía en el pasado?"

De la exigencia por memorizar en la Edad Media a la necesidad actual de manejar todos los soportes, leer es siempre una actividad que oscila entre el placer y los obstáculos. La escuela no es ajena a visiones tan extremas.

Claudio Martyniuk.
cmartyniuk@clarin.com


La historia de las tecnologías de escritura y lectura, así como de los soportes materiales de los textos, se entrelaza con la historia de la alfabetización. Y la lectura de ese pasado brinda una renovada comprensión del presente y de las tareas de la escuela ante un objeto clave de nuestra cultura: el libro. Sobre él descansa, ambiguamente, la pretensión civilizatoria. Anne-Marie Chartier es una especialista en la historia de las prácticas de enseñanza de la lectura y escritura reconocida internacionalmente. Visitó Buenos Aires para dictar un seminario en el posgrado en Lectura, escritura y educación de Flacso.

En la Edad Media pocas personas sabían leer y accedían a los libros. En los conventos surgió la lectura silenciosa, interna. Esa innovación, ¿qué proyección tuvo?...

...El procesamiento de la imagen no es secuencial o lineal, como lo es el procesamiento del texto escrito, y hay interacciones entre las imágenes y el texto que no son fáciles de analizar. No hay un procedimiento de lectura de imágenes que pueda enseñarse como se enseña la alfabetización.
Siento preocupación cuando se habla de leer imágenes o situaciones, como si la lectura fuera el paradigma de todo entendimiento. Es una metáfora: no se leen las imágenes, las imágenes se comprenden, se analizan, se perciben, se sienten. Decir que las leemos es una manera de hablar que obstaculiza. Las imágenes funcionan de la misma manera en diferentes culturas, y niños que no hablan el mismo idioma pueden comprender la misma imagen. Hay fenómenos que son específicos de la imagen. Yo puedo leer un libro del siglo XVIII con el sentimiento de que hay una continuidad entre esa escritura y la actual. Pero la forma en que están ilustrados los libros del siglo XVIII no tiene nada que ver con la ilustración de los libros actuales. Para la educación esto es un problema porque no hay tradición en la escuela de una cultura de la imagen que no sea una ilustración de lo escrito. En la escuela primero está lo escrito y la imagen aparece como un complemento para adornar, mientras que en la vida no es así.
Para leer la nota completa Clarín 2009

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